¡Mosca en el Café! Más de 700 millones de teléfonos, autos y otros dispositivos conectados con Android OS, están infectados con un software, nombrado Adups, creado por la firma creadora Shanghai Adups Technology Company, este código malicioso recopila todos nuestros datos de nuestros mensajes enviados, llamadas realizadas y la ubicación del usuario, para enviárlos cada 72 horas a China.
El descubrimiento lo hizo Kryptowire, la empresa de seguridad que descubrió la vulnerabilidad y fue publicado por The New York Times.
Así Funciona
Según esta empresa el software Adups transmite el contenido completo de los mensajes de texto, listas de contactos, registros de llamadas, información de ubicación y otros datos a un servidor chino sin el conocimiento del usuario, e incluso del fabricante.
“Incluso si lo buscara el usuario, no lo hubiera encontrado con un antivirus” alerto Tom Karygiannis, vicepresidente de Kryptowire, en Fairfax, Virginia. Estados Unidos. Esto ocurre porque el código viene preinstalado como parte del firmware del teléfono y por eso pasa desapercibido a los antivirus.
El NYT dice que el software afecta principalmente a teléfonos de bajo costo, principalmente de la marca BLU pero no únicamente este el segmento ni la única marca afectada.
Lo Barato Sale Caro
BLU es una maraca estadounidense con un amplio portafolio de teléfonos de bajos costo, sería una de las más afectadas con 120,000 dispositivos infectados, aunque la compañía con sede en Miami, estado de la Florida, EEUU; dijo que ya actualizó sus dispositivos para eliminar el software Adups, dije el Times. Ver: Cómo quitar Adups en Blu.
Un representante de Adups calificó ese episodio como un error de la compañía que representa en Estados Unidos. Según el Times, Adups dijo a BLU que toda la información minada de dispositivos fue destruída y reconociendo la autoría del software alegó no estar dirigido para el mercado de consumidores de los Estados Unidos.
¿Para cuál mercado esta dirigido entonces este espionaje? Nos preguntamos. Haremos otro artículo para discutirlo mejor.
El Times señala a este descubrimiento como un episodio más de cómo las compañías, a través de la cadena de producción, puede comprometer la privacidad sin el conocimiento del fabricante y, mucho menos, del consumidor.